30 diciembre 2011



Ahora puedo comprender de qué manera uno se libera...
No hay nada como dejarse caer cuando sientes que estás callendo... y no intentar seguir subiendo y subiendo..
¿De qué sirve el orden? ¿De qué sirve el equilibrio?
Hay momentos en que el corazón se revela. Y a menudo lo callamos con la mente.
Nos da miedo caer en la tentación. Nos da miedo desvelar nuestras pasiones.

Para qué alterar el ritmo de la vida. Para qué entrar en un juego desconocido...

Y simplemente hablo de escuchar al corazón. O más simple todavía,callar la mente. Calmar la mente.
Dejar de darle vueltas y vueltas, subir, bajar, retroceder y regresar.
La marea sube y sube en este océano que se desborda... y en esta metáfora, el desbordamiento es destructivo...

Cuando un asunto predomina en nuestra mente, cuando nos preocupa, y es el centro de todos los sucesos que vivimos en el día a día...
Cuando tenemos enquistado ese asunto ya no solo como pensamiento, si no también como emoción. Y no digo como sentimiento, ya que el sentimiento florece solo de nuestro corazón. Pero la emoción va de la mano a algún concepto, a una experiencia... y las emociones pasan a tener categorías.
Le damos vueltas y vueltas intentando encontrar una solución que no llega.
Y te aseguro que no llegará.

Lo que sí conseguimos es agrandar esa bola y acrecentar nuestras dudas y angustias...

Lo mejor es parar.
No pensar.

No darle bola a ese pensamiento.

Dejarlo ir.

Quizás sean los posos de ese revoltijo los que, al marcharse la tormenta... te den alguna respuesta.

Pero hay que dejar que marche.


En esta época de caos constantes creo que es un aprendijaze indispensable.

Aprender a soltar.
Soltar los recuerdos.
Soltar el pasado.
Soltar los conceptos que asimilamos.
soltar las asociaciones.
Soltar las creencias.

Vaciarse de <>
De formas que nos definan.
De sentimientos construidos.
De miedos, ilusiones.

vaciarse. O más bien... Desnudarse.

Renacer.

Renacer junto a este nuevo mundo que brota.

Cambiar, junto a este mundo que cambia.


La vida nos guía a través de el mundo que refleja nuestro propio conflicto internos.
Si nos despojamos de la ilusión de nosotros mismos como seres individuales,
seremos capaces de ver lo que la vida nos está diciendo, nos está enseñando.

Y ya no estaremos solos.
Porque esto que sucede no nos pasa a nosotros.
Es global.
Es un proceso de cambio, de nacimiento. Y en nuestro cobijo corporal nos sentimos oprimidos. Pero como ya he dicho... es global. Es un proceso natural e inevitable.
Ójala vieramos esto... porque nos daríamos cuenta de que no estamos solos.
No estaremos solos en el cambio.
Porque nosotros formamos parte.

Entonces, en vez de aferrarnos al pensamiento de "Esto va mal. Estoy cansad@ de esto que me sucede. Nadie me comprende y no se dan cuenta de lo que ocurre"
Soltemos esos pensamientos y miremos fuera.


arte..

10 diciembre 2011

Francamente me encantaría saber qué lleva a mis hermanos a estar pegándose entre risas en la habitación de al lado.