Si caigo en el error de tener la razón entera,
La rutina entra en mi y solamente rueda.
Si me paro, sin embargo, a pensar en ella,
Algo cambia levemente en un instante,
Y la vida, que parecía sencilla y bella,
Se vuelve color vino
Y me envenena.
Siempre que no soluciono mis quebraderos de cabeza,
Cada noche en vela sin sentido,
Todos esos instantes malvividos
Vuelven a mí.
Entonces me culpo por cada rincón que no limpié bien a la
hora,
Por toda esa grasa que ahora no se despega,
Los problemas a los que no di soluciones
Ahora me condenan.
Y cubro mi pelo con piel de cordero,
Yo que deseo ser lobo
Escondo mis fauces.
¡Que inseguridad más grande!
Queriendo comerme a caperucita
Mi problema se expande.
No me da pena alguna,
Y además tengo hambre,
Pero caigo en el error,
Creo tener la razón entera,
Y entonces la rutina entra en mí,
La rutina… que solamente rueda.