Nunca fui buena, nunca fui
mala,
Ni soy buena ni soy mala.
Es el egoísmo que se mueve
Cuando yo no digo nada.
Pienso mientras se mustia
agotada mi voz,
Mientras se va apagando
avergonzada
¡por Dios, no te vayas!
No te calles sino grita,
Pégame si hace falta,
Pero tú, que eres la única
Que me separa del
presente,
La única que me acuna en
la moral
De la verdad que duele.
La única verdaderamente
atemporal,
Tú que te negaste a tejer
mi vida
En tela de falsas leyes.
Mantente ahora que estoy
en el abismo
De lo incierto,
Ahora que la vida es
agridulce
en la cómoda realidad de
este palacio siniestro.
Necesito más que nunca tu
rigidez, conciencia,
Imponte como siempre a mis
caprichos.
Vuelve a cultivarme y te
delegaré mi vida.
Vuelve a cultivarme para
sentirme viva,
Vuelve a cultivarme para que
vuelva a ser yo.
-ciencia-