Me gusta la soledad en la ventana,
el calor de los cristales en la mañana,
la fría mirada del invierno que pasa.
Las nubes acuden alegres en Abril,
lavando a los montes su cara blanca,
despertando a las flores,
verdeando los prados,
secretamente enamoradas del cielo azul.
Y le dejan paso,
huyendo de él
sólo por ver su mirada,
inmenso horizonte,
compañeros al alba
de un verano que agrada
Sólo los árboles
ven pasar los años sin prisa,
así como sólo las olas
entienden la brisa
de la madrugada
el calor de los cristales en la mañana,
la fría mirada del invierno que pasa.
Las nubes acuden alegres en Abril,
lavando a los montes su cara blanca,
despertando a las flores,
verdeando los prados,
secretamente enamoradas del cielo azul.
Y le dejan paso,
huyendo de él
sólo por ver su mirada,
inmenso horizonte,
compañeros al alba
de un verano que agrada
Sólo los árboles
ven pasar los años sin prisa,
así como sólo las olas
entienden la brisa
de la madrugada