Déjame un pensamiento libre, un suspiro
secreto, una lágrima escondida por antojo de soledad. Déjame un amor sin
límites, déjame un dolor vacío, deja que sucumba en la incomprendida vacuidad.
Déjame… calla por un momento… siente por un
segundo, olvida la eternidad. Miente y corre, camina y ríe, pero deja de
pensar… déjame que piense, que lo intente, déjame que muera, que me ahogue poco
a poco en el mar.
Déjame que escriba otra poesía a sus ojos y a
su pelo, no me arranques la inocencia ni el anhelo. No turbies con verdades los
sueños del corazón.
No te mates no dejándote morir de amor. No dejes
que fracase tu valor de Romeo. No decapites tu alma de Julieta. No dejes que
envejezcan de olvido tus manos de poeta.