Llora si quieres llorar, si lo más profundo de ti está
llorando, llora. Y si alguien te dice, “sonríe”, dile que te deje en paz, que
sonrían ellos y sus almas reprimidas, que a la tuya, de vez en cuando, le
encanta llorar.
Demuéstrale al mundo que no eres anuncio, que es más fuerte
el que se sabe débil, que paseas tus ojeras sonriente… porque después del
desespero tu sonrisa será digna, potente… y real.
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