Ardiente como el frío que quema.
La libertad, como riéndose de mí
Me oprime y me llena.
¿No querías tú ser libre?
¿No creías tú que la libertad
y la felicidad se encuentran?
Vacío y maldito esta el mundo
Vacía y maldita y estoy yo.
Pero me encojo de hombros sonriendo
A mi feliz infelicidad eterna,
¿Qué más quiero?
¿Qué más no quiero?
¿Qué es lo que me aferra
A la necesidad de seguir viviendo?
Quizás que cuando tú me besas
Ya nada está ni no está.
Quizás que seas capaz de comprenderme
Desde la inevitable ignorancia
De quién soy.
Tal vez sea porque eres puro,
Y yo no soy más que un huracán
Que va de lado a lado dando tumbos.
Quizás sea porque en ti encuentro
Mi parte concreta.
Porque a tu lado ni la vida me agobia
Ni mi cabeza da vueltas.
Quizás porque me dejas que divague
por el mundo de lo incierto,
dejas que mi mente colapsada se suicide,
además, riendo.
Y entonces, cuando abro los ojos sorprendida
De seguir viviendo,
Me acuerdo de que mientras me siento tan lejos,
Mientras creo estar desenfrenada y sufriendo,
Tú estás guardándome el alma
En un lugar seguro, y secreto.
En un lugar seguro, y secreto.
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