Sigue la espuma de tu olor pegada en mi pelo cuando me voy,
Y el tiempo lo arranca lentamente de mi cuerpo,
Se va desvaneciendo mientras me desvanezco yo.
Ahora todo lo demás ha marchado ya,
Tu piel y sus mil caricias;
Tus ojos y todos sus colores;
Tu sabor de infinitas auroras de luna y ocasos boreales,
Y ahora sonrío llorando fingiendo un adiós,
aun sabiendo que, realmente, permanezco a tu lado.
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