“Mi yo me ha enseñado un nuevo orgullo, yo lo comunico a los hombres: ¡Que no escondan ya más su cabeza en la arena de las cosas celestes, sino que la yergan orgullosamente; una cabeza terrestre que cree en el sentido de la tierra!”
(…)
Conozco demasiado bien a los que son semejantes a Dios. Quieren que se crea en ellos y que la duda sea un pecado. Sé demasiado bien en qué creen más que en ellos mismos.
No es ciertamente en ultramundos ni en las gotas de sangre redentora; también ellos creen más en el cuerpo, y es al suyo propio al que consideran como la cosa en sí.
(…)
El cuerpo completo, macizo de la cabeza a los pies, habla del sentido de la tierra.”
Hay que ver que bien que hablaba Zaratustra…
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