22 enero 2016

Llegaste como el primer día de primavera después de muchos años de invierno, deshiciste sin esfuerzo la nieve, me hiciste saltar al abismo de la libertad. Dejaste tras de ti el desespero del ocaso, temiendo de nuevo el frío que se acababa de alejar.

Como el primer día de primavera supiste irte tan bien como supiste llegar, y el sol en mi cara me hace ver que un segundo día no esta tan mal. Mientras las horas pasen, mientras siga el camino hacia dentro, mientras vaya sintiendo cada vez más fuertes mis latidos, significará que consigo lo que quiero, que todo tiene sentido.

Los sentimientos se ordenan caóticamente en mí, sabiendo de antemano lo que pensaré mañana, pero sin poder evitarlo decido reír ahora, decido que por mucho que me maree es mejor no bajar del barco.

Soñaré que siempre soy sincera, pensaré que hago lo correcto a todas horas, correré por el camino del destino porque llevo mucho tiempo atrasada en la carrera.


Qué feliz soy con el sol en la cara, con la calma que sigue a la angustia, con las notas que desafinan bajo mis dedos, qué feliz soy en esta mañana.


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