Llegaste
como el primer día de primavera después de muchos años de invierno, deshiciste
sin esfuerzo la nieve, me hiciste saltar al abismo de la libertad. Dejaste tras
de ti el desespero del ocaso, temiendo de nuevo el frío que se acababa de alejar.
Como
el primer día de primavera supiste irte tan bien como supiste llegar, y el sol
en mi cara me hace ver que un segundo día no esta tan mal. Mientras las horas
pasen, mientras siga el camino hacia dentro, mientras vaya sintiendo cada vez
más fuertes mis latidos, significará que consigo lo que quiero, que todo tiene
sentido.
Los
sentimientos se ordenan caóticamente en mí, sabiendo de antemano lo que pensaré
mañana, pero sin poder evitarlo decido reír ahora, decido que por mucho que me
maree es mejor no bajar del barco.
Soñaré
que siempre soy sincera, pensaré que hago lo correcto a todas horas, correré
por el camino del destino porque llevo mucho tiempo atrasada en la carrera.
Qué
feliz soy con el sol en la cara, con la calma que sigue a la angustia, con las
notas que desafinan bajo mis dedos, qué feliz soy en esta mañana.
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