23 enero 2016

Una parte del camino lo hago en tren,
apoyada en el cristal,
mirando hacia fuera
mientras todo pasa.

Poca cosa que hacer cuando te llevan,
pero mucho que ver si consigues
hacer ese viaje sin nubes,
observando el paisaje las noches de luna llena,
observando las estrellas en luna nueva.

Luna llena, ahí están mis campos de trigo,
todo lo temido, todo lo vencido,
todas las historias convertidas
en un desfile de metáforas de lo conocido.

Luna nueva, ahí vuelve a estar Antares
guiando a Escorpio lejos de Orión,
y vuelven a estar como hace mil años
sus canes sin librarse de la maldición.

Si esta nublado ando por el tren vacío,
descubriendo en sus vagones
viejos cuadros de lo que yo era,
y a medida que pasan las horas
se van convirtiendo en reflejos lejanos,
en espejos deformantes de una realidad
que pudo haber sido.

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