Es bastante frecuente (y bastante triste también) ir a hablar con alguien y antes de poder expresarte ver como niegan con la cabeza, es la predisposición al no, el cinismo. Y quiero que quede claro que no me excluyo en ninguna de mis críticas, de hecho, muchas veces tengo que luchar por no negar las cosas antes de haber escuchado.
Me pasa, sobre todo, cuando ya he tenido una reflexión, cuando ya he encontrado la tranquilidad en ese tema y mi mente está metida en otro diferente. Es como que no busco la realidad sino el equilibrio, y una vez asentadas mis ideas, no me interesa nada una crítica que provoque un "movimiento sísmico" en mi conciencia. Y cuantas más veces he utilizado esas ideas como válidas, más asentadas están, y mayor tiene que ser el terremoto para que se desmoronen, mayor es mi predisposición al no.
Hay predisposiciones al no que son más comunes y más "normales" como las que puede tener un profesor hacia un alumno o un padre hacia un hijo, pero, no nos damos cuenta de lo bonito que es aprender de los demás. Hay temas sobre los que unos saben más que otros (matemáticas, historia...) pero hay temas en los que nadie sabe más que otro porque nadie sabe nada en realidad, todo son diferentes enfoques de lo mismo.
El hecho de escucharnos e intentar comprendernos hace que nuestra capacidad de enfocar sea mejor, que podamos ver las cosas desde más lejos, pero a la vez podamos entrar en detalles en los que antes no entrábamos.
No digo que no haya que dudar, analizar, ser escéptico ante la mayoría de las cosas que nos cuentan, pero también tenemos que abrirnos a nuevos pensamientos
En la variedad está el gusto :)
-ciencia-
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