No somos más que experimentos cambiados por todo lo que nos rodea, y por nosotros mismos cuando nos intentamos entender.
Personalmente, me pasa. Cuando tengo algún tipo de sentimiento encapsulado que no logro divisar y me pongo a pensar sobre ello, en cuanto logro saber que pasa, me doy cuenta de que sí, era eso lo que me pasaba, pero es como si se hubiese desvanecido. Cambio mi comportamiento.
También en sociedad, ahora mismo estoy en la biblioteca y me doy cuenta de que es verdad, la presencia de los demás me cambia no sólo a mí, sino también a las personas que están a mi alrededor. Y sé que, ahora, cuando me vaya, cambiarán las cosas.
Eso significa que los sentimientos y los comportamientos se ven modificados por esa especie de presencia-energía que nos dan las personas que nos rodean.
¿Qué variación tendrá esa energía? ¿En que grado estará relacionada con lo que sentimos cuando vemos a alguien?
-ciencia-
Yo creo que realmente esa energía no nos cambia, sino que nos influye. Todo y todos somos energía, no? Así pues, por qué una tiene que cambiar a otra cuando entran en contacto? No es más práctico "creer" que esas energías se influyen mutuamente? Tal vez una tenga más "poder de persuasión-influencia" que otra, pero, al fin y al cabo, siguen siendo energías únicas e independientes, que, cuando se separen, pueden dejar rastros o no dejarlos en la otra. Y así con todo, contribuyendo, pero no cambiando. Dejando que cada energía se transforme por si sola, cuando lo vea conveniente, o cuando lo necesite, con la ayuda de las demás, pero no con su imposición.
ResponderEliminarinfluencia es cambio, no hablo de cambios radicales
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