17 enero 2011

Pentagrama

Me gustaría tener una escena de tranquilidad peliculera, estar sola, descalza frente al abismo azul oscuro del mar, luna llena, infinito bostezar de las olas como único sonido… como un violín tocando Cantabile e Valtz. Relajarme. Inspirar. Espirar. Relajarme otra vez. Relajarme más. Tú como único pensamiento, tus ojos y tu pelo como metáfora perfecta del paisaje perfecto. Y tus manos como espuma, haciéndome cosquillas en los dedos, fundiéndose con ellos. El horizonte como un pentagrama: las gaviotas agudas, los peces graves…

Y tú y yo, o sólo yo imaginándote a ti entre mí misma y la realidad, entre el soy y el estoy, tú… a veces nota, a veces compás, a veces inspiración, a veces director de esa obra perfecta, de esa metáfora perfecta. Y yo sola, sentada descalza en la orilla del mar, eterna y cómodamente sola, escuchándote en cada una de las conchas arrugadas, suponiéndote en cada una de las espirales de cada uno de los caracoles de mar; echando de menos el día, y el campo, y los girasoles, echando de menos tus agostos y tus febreros, echándote de menos sólo por lo dulce de la nostalgia, por el calor de cualquier palabra, por empujarme lejos de la realidad, de la no-realidad, por permitirme ser efímera y fugaz.

Dime si no es increíble que aun no te haya besado…

http://www.youtube.com/watch?v=D-dBjdvEo5w

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